Es un clown, es un malabarista, es un espectáculo unipersonal que vale la pena ver.
Lo vimos una vez en la plaza de la catedral de San Isidro. Es interesante ver la coordinación de los movimientos con la música, que deja de ser un simple acompañamento para convertirse en una parte activa del espectáculo. Vale la pena verlo, por eso quisimos compartirlo. ¡Que lo disfruten!