Llegó la hora. Hay que dar el último paso. El más difícil. Hay que salir a jugar, a pasarla bien, sin pensar en resultados. Sin pensar en otra cosa más que, pase lo que pase, cuando termine el partido, estaremos orgullosos.
Tenemos enfrente a una máquina de hacer goles. A una máquina efectiva, fría, que vapuleó a cuanto rival se le puso delante, que humilló sin miramientos al dueño de casa, dejándolo confundido y mareado.
Mostrémosle lo que puede un equipo que es puro corazón. Mostrémosle lo que se logra cuando se trabaja en conjunto, por un objetivo común, disfrutando del orgullo de formar parte del equipo. Salgamos a la cancha con una sonrisa de confianza. Esperemos al rival orgullosos de llevar puestos los colores del cielo.
Juguemos. Que sea una fiesta. Preparemos las banderas, los gorros y las cornetas. Como dijo el Papa Francisco: "Hagan lío, salgan a las calles". Jueguen. Pásenla bien, y sepan que, al final, estaremos orgullosos.
Tenemos enfrente a una máquina de hacer goles. A una máquina efectiva, fría, que vapuleó a cuanto rival se le puso delante, que humilló sin miramientos al dueño de casa, dejándolo confundido y mareado.
Mostrémosle lo que puede un equipo que es puro corazón. Mostrémosle lo que se logra cuando se trabaja en conjunto, por un objetivo común, disfrutando del orgullo de formar parte del equipo. Salgamos a la cancha con una sonrisa de confianza. Esperemos al rival orgullosos de llevar puestos los colores del cielo.
Juguemos. Que sea una fiesta. Preparemos las banderas, los gorros y las cornetas. Como dijo el Papa Francisco: "Hagan lío, salgan a las calles". Jueguen. Pásenla bien, y sepan que, al final, estaremos orgullosos.