No es mi intención hacer las veces de crítico de cine. Además, pienso que el nuevo episodio de "La guerra de las galaxias" es una buena película, entretenida, digna de verse. Pero tiene un único gran problema: está hecha en base a una historia floja, predecible, que parece escrita "a las apuradas", sin esfuerzo y sin pasión.
Toda película debe contar una historia. No importa la calidad de los efectos especiales, ni el talento de los actores o del director; si no hay una buena historia de fondo, a la película le faltan los cimientos que la sostengan a través de las décadas. La primera película de la saga Star Wars (la que hoy conocemos como Episodio IV: Una nueva esperanza) tenía una buena historia de fondo, y eso fue lo que le permitió cosechar miles de fans que la seguimos adorando después de más de treinta años.
Demasiadas expectativas... |
El Universo expandido de La Guerra de las Galaxias ofrece muchísimas historias para continuar la saga sin caer en la repetición. Es triste que los guionistas Lawrence Kasdan, Michael Arndt y J. J. Abrams hayan ignorado esta enorme fuente de ideas y, en cambio, hayan decidido reescribir la historia de Episodio IV, creando nuevos personajes de escasa profundidad.
En el episodio VII tenemos a un temperamental sith que quiere emular a Darth Vader (sin aportar nada nuevo); hay un grupo de rebeldes que se resiste a caer en las garras de un nuevo imperio, y también hay una gigantesca arma capaz de destruir planetas enteros... con un punto débil demasiado expuesto (a diferencia del punto débil de la Estrella de la muerte original, al que sólo Luke pudo acceder, empleando sus poderes Jedi). También hay un personaje (Rey) con poderes Jedi que ella misma desconoce, lo que nos recuerda al joven Luke Skywalker antes de ser entrenado por Obi Wan y por Yoda. Además, hay situaciones forzadas: la amistad entre los protagonistas no se da naturalmente, cosa que sí ocurrió entre los protagonistas del Episodio IV.
De todos modos, la película cosechó elogios de renombrados críticos de cine; señal de que la historia de fondo no es tan importante como los efectos especiales, las escenas 3D y demás estímulos visuales que hacen a la película entretenida, pero intrascendente.