Dicen que los libros desplegables logran fomentar la lectura haciendo que los chicos les pierdan el miedo a los libros. Si es así, las obras de ingeniería en papel de Paul Johnson son auténticos aliados de la lectura.
Los libros desplegables (también llamados libros “pop-up”) de Paul Johnson estarían perfectamente a gusto en un museo o en una galería de arte, pero para entender completamente el trabajo de Johnson es necesario ver el papel que juegan estas obras de arte en un aula. “Una mitad es trabajar con libros; la otra mitad es enseñar literatura a los chicos”, comenta Johnson, para quien los libros desplegables son una forma de lograr que los chicos se entusiasmen para leer y escribir haciendo que se interesen primero en el libro en sí mismo. Y estos libros consiguen entusiasmar a los chicos, no sólo por tratarse de obras de arte, sino más bien de obras de ingeniería inspirada.
En lugar de utilizar pliegues, estos libros se mantienen unidos enteramente por bisagras de papel y juntas de cola de milano. Al evitar los pliegues, se consigue que haya menos desgaste de papel, que se puedan reemplazar fácilmente las piezas individuales y que los libros puedan cerrarse y quedar completamente planos.
Una vez que Johnson tiene una idea para una historia, comienza su trabajo en la estructura del libro, basándose en un modelo aproximado, construyendo su arquitectura a la vez que juega con la estructura. Luego comienza a trabajar en las piezas individuales; puede haber alrededor de 200 piezas en cada libro. Estas piezas se delinean en grandes hojas de papel teñido y se ensamblan.
Las piezas, cuando se las sostiene hacia abajo, se asemejan a una pila suelta de papeles. Al volverla hacia arriba, la gravedad hace su trabajo y el libro se expande frente a los ojos sorprendidos de los niños. “Hay un factor sorpresa, y un factor de actuación”, explica Johnson, destacando que ambos elementos son críticos cuando se trata de enseñar.
Al ver estas obras de ingeniería en papel, nos preguntamos si los libros desplegables realmente fomentan la lectura o más bien fomentan un acercamiento a los mecanismos articulados. En la búsqueda de respuestas nos encontramos con que todos los opinadores coinciden en que esta clase de libros fomenta la lectura; pero nos costó encontrar una justificación. Finalmente dimos con la página de la escuela holística Bamboo, en donde se habla de cómo crear el hábito de la lectura en los niños. Los expertos de Bamboo dicen: “el acto de leer o simplemente de hojear un libro estimulará la inteligencia, la imaginación y la creatividad de los niños. El interés por la lectura puede ser sugerido al niño de una forma sencilla, espontánea y duradera, si tu hijo empieza a tener contacto con los libros desde muy pequeño, antes incluso de aprender a leer”. El artículo completo, aquí.
Los libros desplegables (también llamados libros “pop-up”) de Paul Johnson estarían perfectamente a gusto en un museo o en una galería de arte, pero para entender completamente el trabajo de Johnson es necesario ver el papel que juegan estas obras de arte en un aula. “Una mitad es trabajar con libros; la otra mitad es enseñar literatura a los chicos”, comenta Johnson, para quien los libros desplegables son una forma de lograr que los chicos se entusiasmen para leer y escribir haciendo que se interesen primero en el libro en sí mismo. Y estos libros consiguen entusiasmar a los chicos, no sólo por tratarse de obras de arte, sino más bien de obras de ingeniería inspirada.
En lugar de utilizar pliegues, estos libros se mantienen unidos enteramente por bisagras de papel y juntas de cola de milano. Al evitar los pliegues, se consigue que haya menos desgaste de papel, que se puedan reemplazar fácilmente las piezas individuales y que los libros puedan cerrarse y quedar completamente planos.
Una vez que Johnson tiene una idea para una historia, comienza su trabajo en la estructura del libro, basándose en un modelo aproximado, construyendo su arquitectura a la vez que juega con la estructura. Luego comienza a trabajar en las piezas individuales; puede haber alrededor de 200 piezas en cada libro. Estas piezas se delinean en grandes hojas de papel teñido y se ensamblan.
Las piezas, cuando se las sostiene hacia abajo, se asemejan a una pila suelta de papeles. Al volverla hacia arriba, la gravedad hace su trabajo y el libro se expande frente a los ojos sorprendidos de los niños. “Hay un factor sorpresa, y un factor de actuación”, explica Johnson, destacando que ambos elementos son críticos cuando se trata de enseñar.
Al ver estas obras de ingeniería en papel, nos preguntamos si los libros desplegables realmente fomentan la lectura o más bien fomentan un acercamiento a los mecanismos articulados. En la búsqueda de respuestas nos encontramos con que todos los opinadores coinciden en que esta clase de libros fomenta la lectura; pero nos costó encontrar una justificación. Finalmente dimos con la página de la escuela holística Bamboo, en donde se habla de cómo crear el hábito de la lectura en los niños. Los expertos de Bamboo dicen: “el acto de leer o simplemente de hojear un libro estimulará la inteligencia, la imaginación y la creatividad de los niños. El interés por la lectura puede ser sugerido al niño de una forma sencilla, espontánea y duradera, si tu hijo empieza a tener contacto con los libros desde muy pequeño, antes incluso de aprender a leer”. El artículo completo, aquí.