A la payada difícilmente se la considere un género poético para niños, ya que habitualmente tratan temas relacionados con la dura vida de los gauchos. Pero en este caso decidimos crear una payada con un giro diferente: esta, en particular, trata sobre una vaca que dice "guau" y un perro que dice "miau". Hay que leerla poniendo voz de viejo gaucho, para que suene más impresionante, y si es posible, acompañarla con un arpegio de guitarra.
Pasó el toro muy gallardo
luciendo su pelo en pecho
la vaca desde su lecho
no pudo evitar mirarlo
también quiso piropearlo
y ahí nomás le dijo “guau”.
Pero el perro despistau
escuchó hablar en su idioma.
Creyendo que era una broma
contestó diciendo “miau”.
Llegó el gato muy orondo
por que oyó que alguien maullaba.
Se arrojó como una taba
y ahí nomás cayó redondo.
Y casi que llega al fondo
de ande la vaca rumiaba,
vio que allí el perro estaba
y se pegó flor de susto.
Igual se mantuvo adusto
mientras al toro trepaba.
Así termina esta payada
con mucha onomatopeya
y algo de rimas bellas
que no es ninguna pavada.