Este cuento ejemplifica el uso de oraciones con sujeto tácito o elíptico (son las que aparecen resaltadas en amarillo). También se usa la palabra "sujeto" con el sentido de "individuo". Léanlo con atención; tal vez el final los sorprenda.
Llegó a la taberna a la hora de siempre. Se sentó en la misma banqueta de siempre. “Qué va a tomar?”, le preguntó el cantinero. “Lo de siempre”, contestó.
Había tenido un día muy atareado y estaba cansado. No tenía ganas de hablar con nadie. Pero, como sucede en esos días en que todo sale al revés, ocurrió justo lo contrario de lo que deseaba: un hombre se sentó a su lado y empezó a darle charla.
“Qué cuenta, amigo?”, le preguntó el hombre. “No mucho”, respondió, cortante.
Maldijo para adentro cuando el hombre anunciaba que le contaría una historia. Apenas había comenzado a tomar su bebida, por lo que no le quedaba más remedio que escuchar lo que el hombre tenía para contar; si es que no quería dejar su vaso casi lleno abandonado en la barra.