Este cuento ejemplifica el uso de oraciones con sujeto tácito o elíptico (son las que aparecen resaltadas en amarillo). También se usa la palabra "sujeto" con el sentido de "individuo". Léanlo con atención; tal vez el final los sorprenda.
Llegó a la taberna a la hora de siempre. Se sentó en la misma banqueta de siempre. “Qué va a tomar?”, le preguntó el cantinero. “Lo de siempre”, contestó.
Había tenido un día muy atareado y estaba cansado. No tenía ganas de hablar con nadie. Pero, como sucede en esos días en que todo sale al revés, ocurrió justo lo contrario de lo que deseaba: un hombre se sentó a su lado y empezó a darle charla.
“Qué cuenta, amigo?”, le preguntó el hombre. “No mucho”, respondió, cortante.
Maldijo para adentro cuando el hombre anunciaba que le contaría una historia. Apenas había comenzado a tomar su bebida, por lo que no le quedaba más remedio que escuchar lo que el hombre tenía para contar; si es que no quería dejar su vaso casi lleno abandonado en la barra.
“Dicen que anda por ahí un sujeto misterioso”, arrancó contando el hombre, mientras le hacía una señal al cantinero para que rellenara su vaso. “Enseguida Don Fidel”, contestó el cantinero.
“Como le decía...”, siguió contando este hombre (cuyo nombre es Fidel, según acabamos de averiguar), “...se trata de un sujeto misterioso; cuando se habla de él nadie lo menciona explícitamente. Nadie sabe su nombre...”.
Fidel hizo una pausa para agradecer al cantinero, luego bebió un sorbo de su vaso y siguió su monólogo.
“...pero inevitablemente aparece en todas las oraciones en las que no existe ningún nombre o pronombre que sea identificable con el sujeto lógico de la misma”.
Fidel volteó para ver a su interlocutor directamente a la cara, buscando dar un tono dramático a lo que estaba por decir.
“Hay quienes dudan de su existencia”, continuó Fidel, subiendo un poco el tono de voz. “Pero yo le aseguro, amigo”, dijo mientras le pegaba a la barra con la punta del dedo índice, “que en todas esas oraciones en donde no se lo menciona explícitamente, hay argumentos para sostener que la posición sintáctica de sujeto, ¡EXISTE!”.
Fidel se quedó mirándolo fijo, sin parpadear, y luego preguntó: “¿me comprende?”
“Le aseguro que sí”, contestó, sin quitar la vista de su vaso. Se alegró cuando vio que Fidel volvía a mirar al frente y permanencia en silencio.
Pero ese silencio duró poco. Más calmado y con una sonrisa, Fidel adoptó un tono de confesión: “¿Sabe qué? Usted me agrada, pienso que es un gran sujeto. Pero no recuerdo haber escuchado su nombre...”.
Entonces, se levantó de la banqueta, y mirando sonriente a Fidel, le apoyó una mano en el hombro, y le dijo simplemente: “Soy Tácito. Sujeto Tácito”.
Luego de presentarse, dejó en la barra un par de billetes para pagar su bebida, y se retiró.
Análisis
¿Observaron que en ningún momento del cuento hay una referencia explícita al protagonista de la historia? Sin embargo, en todas las oraciones en donde la acción es responsabilidad del protagonista, se sabe que ese sujeto existe, aunque no se lo mencione.
En este cuento, ese sujeto está tercera persona singular: en todas las oraciones pintadas de amarillo se podría usar el pronombre personal en tercera persona (“él”) como sujeto. Pero los sujetos tácitos pueden estar en cualquier persona gramatical, singular o plural. Veamos algunos ejemplos de oraciones con sujeto tácito:
Primera persona singular (Yo):
Les contaré una historia que ocurrió hace unos años.
Segunda persona singular (Tú):
Finalmente conseguiste lo que te proponías.
Tercera persona singular (Él):
Llegó y saludó estrechando la mano a cada uno de los presentes.
Primera persona plural (Nosotros):
Si hemos llegado hasta aquí, podemos seguir un poco más.
Segunda persona plural (Vosotros/Ustedes):
Ya que cumplieron con su deber, tienen permiso para tomarse un recreo.
Han estudiado mucho, de seguro sabrán qué hacer.
Esperamos que les haya gustado este cuento y les sirva para entender el concepto de sujeto tácito o elíptico. No olviden dejar sus comentarios al final de la página. ¡Hasta la próxima!
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