Refranes populares, de la A a la C

A caballo regalado no se le miran los dientes.

Cuando se recibe un regalo, no se debe cuestionar el valor o la calidad del mismo, sino que simplemente hay que aceptarlo y agradecerlo. Lo de mirarle los dientes a un caballo es algo que se hace cuando se adquiere uno, para determinar su edad y su estado de salud.


Agua que no has de beber, déjala correr.

Si un asunto no nos incumbe ni nos afecta, no debemos involucrarnos en él.

Al mal paso, darle prisa.

Cuando nos encontramos frente a un complicado desafío o a un problema difícil, más vale tratar de superarlo cuanto antes y sin demoras.

Al pan, pan y al vino, vino.

Hay que llamar a las cosas por su nombre. Se usa cuando queremos decirle a alguien que no use eufemismos o que no use palabras rebuscadas o ambiguas para disfrazar la verdad.


A palabras necias, oídos sordos.

A los insultos, a las falsedades y, en general, a todas las palabras usadas con mala intención, es mejor ignorarlas.

Billetera mata galán.

Un hombre adinerado tiene más posibilidades de conquista que uno que solamente se vale de sus encantos.

Cada loco con su tema.

En una reunión, charla o discusión, cada uno dice lo suyo y no hay consenso o acuerdo en el tema a tratar.


Cría cuervos y te sacarán los ojos.

Es mejor no hacerles favores a las personas desagradecidas o que no los saben apreciar. Se basa en la suposición de que los cuervos son animales que no reconocen lazos afectivos.

Cuando el gato no está, los ratones bailan.

En un lugar de trabajo, los empleados se distienden y relajan cuando el jefe está ausente.




 
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