por Yessika María Rengifo Castillo.
Hablar del cuento es adentrarse a una narración breve o larga, que se genera desde los sucesos reales o ficticios. Está caracterizado por el tema, el espacio, los personajes, el tiempo, el asunto, el argumento y el narrador, elementos claves que permiten comprender al cuento como el fruto de la imaginación o hechos reales, que ofrecen diversas lecturas del mundo. En esa dimensión, es necesario desarrollar cada uno de los elementos que conforman la construcción del cuento. Estos son:
El argumento: son los acontecimientos que se abordan en la historia o cuento.
También puede interesarte:
“No necesitamos aprender a respirar. No necesitamos recordarle a nuestros corazones que deben latir. Tampoco necesitamos aprender a escuchar buenos cuentos y mucho menos a contarlos nosotros mismos. El cuento es una forma de comprensión característica de los seres humanos y, como tal, prevalece por sobre toda diferencia cultural”.
El presente artículo reflexivo es el resultado de una investigación que se hizo en el año 2017, con el propósito de establecer la importancia del cuento en los campos socioculturales, en el Centro de Investigación Pensémonos.
¿Por qué los cuentos? |
El tema: es la idea central que se aborda en el desarrollo de un cuento.
El espacio: se caracteriza por ser el sitio real o imaginario, que utiliza el autor para desarrollar los diferentes acontecimientos que ocurren en el cuento. Cabe resaltar que para tener una amplia visión del espacio en una obra literaria, se requiere pensar y analizar detalladamente cada uno de los lugares donde se desarrollan las acciones, incluyendo su clima, hidrografía, y la naturaleza en general.
Los personajes: son aquellas personas o animales que desarrollan los sucesos que se establecen en el cuento. Caracterizados por sus comportamientos, actitudes, personalidades, edades, estratos sociales, y aspectos físicos.
El argumento: son los acontecimientos que se abordan en la historia o cuento.
El asunto: se establece como los instrumentos del mundo real que motivan al autor a escribir. Es decir, el conjunto de elementos reales que se convierten en literatura.
El narrador: es el sujeto que cuenta todos los sucesos que se desarrollan en la historia. Cabe señalar que el narrador se puede presentar desde:
- El narrador personaje: se caracteriza por ser el personaje o protagonista que narra la historia.
- El narrador omnisciente: es aquel que conoce todos los eventos que atraviesan los personajes.
- El narrador autor (objetivo): el autor toma un distanciamiento para narrar de una manera objetiva los acontecimientos del cuento, sin presentar opiniones o puntos de vista.
- El narrador autor (subjetivo): el autor presenta los hechos exponiendo sus puntos de vista.
Desde esa perspectiva, el cuento se instaura como un instrumento que les permite a grandes y chicos, identificar sucesos reales o ficticios que ocurren en los diferentes campos socioculturales, desde posturas críticas y propositivas. En palabras del escritor, profesor e investigador colombiano, Julio César Goyes (2012), dice que: “Hablar es existir en el océano del lenguaje sabiéndonos idénticos al comunicar nuestros afectos, y diferentes porque sentimos sus efectos. Al hablar, apalabrar, 'lenguajear', fabular iniciamos un entramado imaginario que nos conduce a la formación de nuestra individuación creadora”.
Es decir, que el universo del lenguaje establece una relación con el mundo real e imaginario, desde acontecimientos grupales e individuales. Lo que conlleva a que la escuela, y la familia, trabajen en conjunto para fomentar y fortalecer sujetos armónicos. Capaces de tener posturas críticas y propositivas, de su entorno, de la vida, desde estrategias valiosas como el cuento, que es el himno de diferentes acontecimientos que permean la vida de grandes y chicos. Además, los autores de los cuentos que a la vez son narradores de historias, han podido encontrar el sentido que estas historias causan en los seres humanos, al vivir experiencias similares y comprender la importancia de narrar.
Según Cleo Busatto (2009), define que: “Contar historias toca diversos planos o dimensiones de la realidad humana: El plano práctico, el nivel del pensamiento, las dimensiones mítico- simbólicas, y lo misterioso. Por tanto, cuento historias para formar lectores, para hacer de la diversidad cultural un hecho, para revalorar las etnias, para mantener viva la historia, para sentirse vivo, para encantar y sensibilizar al oyente; para estimular la imaginación, articular lo sensible, tocar el corazón, alimentar el espíritu, rescatar significado para nuestra existencia y reactivar lo sagrado”.
Según Cleo Busatto (2009), define que: “Contar historias toca diversos planos o dimensiones de la realidad humana: El plano práctico, el nivel del pensamiento, las dimensiones mítico- simbólicas, y lo misterioso. Por tanto, cuento historias para formar lectores, para hacer de la diversidad cultural un hecho, para revalorar las etnias, para mantener viva la historia, para sentirse vivo, para encantar y sensibilizar al oyente; para estimular la imaginación, articular lo sensible, tocar el corazón, alimentar el espíritu, rescatar significado para nuestra existencia y reactivar lo sagrado”.
Bien, parecería por todo lo anterior que la narración de cuentos o historias, les permite a niños y adultos, comprender los diferentes sucesos históricos, económicos, sociales, culturales, y políticos, que atraviesa un país, una nación. Sin desconocer la sensibilidad y la capacidad creadora, que estos eventos provocan en los sujetos. De acuerdo con Nicolás Buenaventura (2008), define que: “De alguna manera contamos historias porque somos frágiles, porque somos muy vulnerables. Hay un nivel en que todos estamos necesaria y vitalmente solos para complementarnos. En mi caso, las historias me permiten complementarme. Algunos hacen gimnasia para fortalecer sus músculos. Otros se llenan de sabiduría excesiva. Yo vivo y como cuento y eso me transporta, me cambia, permite que sea otro. Y es importante estar cambiado, darse oportunidad de ver otras formas de pensar el mundo”. Es decir, que el cuento es un abanico de posibilidades que permite ver el mundo, y la vida. Siendo esa herramienta a la que acuden los hombres para manifestar sus sentimientos con los otros, y encontrar distintas alternativas para continuar. De ahí, que el cuento sea un vehículo que hace a los hombres más humanos en su peregrinar.
Finalmente, el cuento es un elemento narrativo que le permite al lector una mirada holística de los diferentes hechos reales o fantásticos, que permean a los hombres. La invitación es que desde la familia, y la escuela, se creen espacios que les permitan a niños y jóvenes, viajar por el mágico mundo de la lectura, y del cuento, que ofrece múltiples caminos de la fantasía, el romanticismo, el terror, la esperanza, etc., para continuar.
Referencias
Buenaventura, N. (2008). Entrevista del colectivo de Narración Oral El taller.
Busatto, C. (2009). Contar y encantar: pequeños secretos de la narración oral. México: Editorial Diana.
Goyes, J.C. (2012). La imaginación poética: afectos y efectos en la oralidad, la imagen, la lectura y la escritura. Ibagué, Colombia: Casa de libros.
También puede interesarte: