Ser feliz sin motivos no es señal de locura. Es abrir paso para que los motivos aparezcan.
Para el nuevo año, queremos compartir unos pensamientos acerca de la felicidad y las condiciones que nos ponemos para alcanzarla.
Estamos muy acostumbrados a creer que la búsqueda de la felicidad requiere un gran esfuerzo para solucionar problemas, cumplir sueños o alcanzar metas. Creemos que, hasta que no logremos todas esas metas, soluciones y sueños, no podremos ser felices.
Para el año que está por empezar quizás podríamos proponernos hacer algo distinto. Invertir el orden de las cosas: en lugar de esperar a que los problemas se solucionen, a que los sueños se cumplan o a que alcancemos muestras metas, probemos ser felices sólo por que sí. Y, quizás, después resulte más fácil solucionar problemas, cumplir sueños o alcanzar metas.
O quizás sea una simple locura. Pero el camino de la cordura ya lo intentamos años anteriores, ¿verdad? Entonces, si intentar algo nuevo significa estar loco, dejaré que a mí cordura se la lleve el año que termina.
Una frase para empezar el día en forma positiva:
Yo soy feliz, y hago felices a todas las personas a mi alrededor.
Es una frase muy simple. Pero si la repetimos varias veces al comenzar el día, y la convertimos en un mantra con el que enfrentamos las preocupaciones, los miedos y demás emociones indeseables, enseguida cambia nuestro enfoque de la vida y comienzan a aparecer los resultados.
Para seguir leyendo:
Les recomendamos el cuento Feliz año viejo, acerca de una charla entre un niño el año que se va.